martes, 11 de octubre de 2011

EPICURO DE SAMOS.


EPICURO (341-270 a.C.)

Filósofo griego fundador del Jardín y del epicureísmo. En el 341 a.C., nació en Samos. Hijo de Querastasa y Neocles, un colono ateniense afincado en Samos que, posteriormente, tuvo que emigrar y se instaló en Colofón viviendo como maestro. Ya de niño se interesó por el origen del Caos, del que hablaba Hesíodo en su Teogonía. Su primer maestro de filosofía, todavía en Samos, fue el platónico Panfilo. El año 323 a.C. (año de la muerte de Alejandro Magno) marchó a Atenas a cumplir con la milicia. No pudo conocer a Aristóteles, que a la muerte de Alejandro tuvo que marchar de Atenas por motivos políticos. Sin embargo, sí que conoció a Jenócrates, el sucesor de Platón en la Academia. El año 321 marchó a Colofón para reunirse con su familia. Allí entró en contacto con el peripatético Praxífases de Rodas, y con el atomista Nausífanes, discípulo de Demócrito y de Pirrón. Ejerció de maestro en Mitilene, donde en el año 311 fundó una escuela. Al año siguiente se trasladó a Lámpsaco, donde impartió clases durante cuatro años. Allí conoció a sus discípulos Idomeneo, Metrodoro, Leonteso y, su mujer, Themista; Hedeira, Colotes, Timócrates y Hermarco, que fue quien, posteriormente, le sucedió en la dirección de su escuela. En el 306 marchó a Atenas, donde permaneció hasta su muerte acontecida el año 270 a.C. En Atenas, fundó su escuela (llamada el Jardín), en una pequeña propiedad de las afueras, en dirección a El Pireo, no lejos de la Academia platónica. Debido a la existencia de un jardín en dicha propiedad, que era el lugar favorito de encuentro de sus miembros, la escuela de Epicuro tomó este nombre, que enlazaba con la enseñanza epicúrea según la cual el sabio ha de amar el campo y la naturaleza.

EL JARDIN:

Dicha escuela era bien distinta de la Academia platónica y del Liceo aristotélico y, aunque en el Jardín se efectuaban también investigaciones filosóficas, no era un centro de enseñanza para discípulos nuevos sino que, fundamentalmente, era el lugar de reunión y de convivencia de amigos (incluidos mujeres y esclavos) que compartían unas mismas ideas y una misma orientación vital. Y es que Epicuro entendía la filosofía fundamentalmente como investigación de la felicidad humana, como reflexión acerca de los temores que amenazan a los hombres (el miedo a la muerte, el miedo a los dioses, el deseo desmesurado de placeres y el miedo al dolor) y como lucha contra los prejuicios y las ideas que, como las del platonismo, sitúan la felicidad en otra vida. Consecuentemente con estas ideas, y con su máxima: «vive retirado», prefería la compañía de sus amigos antes que el aplauso público. No obstante, esta vida retirada no la concebía como un alejamiento total de la sociedad, ya que él mismo participaba en diversos actos colectivos, sino que la entendía como una forma de vida basada en el sosiego.

CONTEXTO HISTORICIO:

El contexto histórico en el que se enmarca la filosofía de Epicuro es el llamado período helenístico, marcado especialmente por grandes modificaciones sociales surgidas de las conquistas de Alejandro Magno, que conllevaron el fin del ideal de la polis tal como había sido entendida hasta entonces. Las polis pierden su autarquía y aparecen solamente como provincias de un vasto imperio, lo que generó la aparición de una nueva mentalidad y de un nuevo espacio mental capaz de abordar, de una forma nueva, el distinto marco de convivencia humana, de manera que la pérdida del sentimiento de colectividad que acompañó a la pérdida del ideal de la polis clásica produjo cambios en todos los ámbitos del pensamiento. Por una parte, cambiaron las mismas concepciones religiosas: los dioses domésticos de las polis fueron sustituidos por dioses más cósmicos; por otra, junto a ello, apareció la necesidad de teorizar más el espacio privado. En este ambiente, surgen las nuevas escuelas morales y el nuevo ideal del sabio del que la filosofía epicúrea es un ejemplo.

Fuente: Diccionario Herder de Filosofía.

CARTA A MENECEO:

De los más de 300 textos de la prolífica obra de éste filósofo sólo han llegado hasta nosotros algunas sentencias breves (sentencias vaticanas) junto con tres epístolas y su testamento. De las tres epístolas, la "Carta a Meneceo" es la que logra dar cuenta en más amplio sentido de la filosofía de Epicuro; en el siguiente link podrán encontrar dicha carta junto con notas al pie que nos permitirán una mejor interpretación de éste texto:

http://www.onomazein.net/4/epicuro.pdf




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